lunes, 21 de junio de 2010

CULTURA CELTA



Hace unos 3000 años, en los turbulentos comienzos de la historia escrita, surgió un nuevo poder, una nueva civilización. Aquellos que dominaron primero el hierro, se convirtieron en los verdaderos dueños de Europa: los celtas.


Los celtas eran un pueblo muy singular, con el tiempo llegaron a dominar el noroeste de Europa y su influencia, especialmente en el arte, ha permanecido hasta nuestros días. Sin embargo, en ningún momento durante su esplendor, desarrollaron el instinto de identidad nacional. Es más, solían tratarse entre ellos con la misma beligerancia con la que lo hacían con los forasteros.


Como sucede con muchos de aquellos primeros pueblos, su historia está envuelta en un manto de misterio, mitos disfrazados de historia, leyendas que se entremezclan con la realidad y, a menudo, las historias más interesantes resultaban ser las menos fiables.


A diferencia de los egipcios y los pueblos mediterráneos, los celtas no cuentan con una gran civilización que pueda ser descubierta por los arqueólogos. No dejaron tras de sí grandiosos monumentos ni ciudades espléndidas. Vivieron de modo relativamente sencillo. Eran seminómadas y construían casas simples que no tardaron en sucumbir a los estragos del tiempo. Los celtas no sabían leer ni escribir sus propias lenguas, sin embargo, sí tenían educación e instrucción en otra serie de cosas, aunque, a diferencia de otras civilizaciones antiguas, los celtas han sobrevivido hasta nuestros días. Sus lenguas arcaicas no han desaparecido como ocurrió con muchas otras, sino que continúan siendo lenguas vivas en Escocia, Irlanda, Gales y la Bretaña francesa. También han sobrevivido algunas de sus antiguas tradiciones. Por ejemplo, entre los granjeros de la costa oeste de Escocia e Irlanda.




Gracias a las singulares características de la sociedad celta que ha sobrevivido hasta nuestros días, es posible reconstruir la existencia y el sistema de vida de este pueblo de la antigüedad.

MAGIA CELTA


La historia celta es misteriosa, e intrigante. Los celtas no guardaron ningún registro escrito de sus vidas, costumbres o creencias, en realidad solamente conocemos pequeños pedazos de historia
Los valores de la creatividad, pasión, belleza y honor combinados con el misterio de su existencia, ha dotado a la civilización celta con un irresistible "magia".
Los símbolos utilizados para representar el Dios incluyen: espadas, cuernos, lanzas, velas, oro, diamantes, flechas, varitas mágicas, puñales, etc. Las criaturas sagradas para Él son: el toro, serpiente, pez, dragón, lobo, águila, halcón, tiburón, lagarto entre otros.
Está representado por el Sol y por ende conlleva todas sus cualidades en sí: la fortaleza, el día, la luz, el hombre, la seguridad, la voluntad, la razón, la actuación, el fuego. Tradicionalmente al Sol se le representa como una deidad fuerte y viril, siempre ha recibido los mejores atributos, pero en la Wicca se suele reverenciar mayormente a la Diosa que al Dios, debido a que ella cumple la mayor parte de la fecundación.
Su naturaleza es esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene orejas y los cuernos de un ciervo y lleva una torque, especie de collar galo. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. En una palangana de plata dorada encontrada en Gundestrup, Dinamarca, figura sentado, rodeado de un gran ciervo, dos toros, dos leones y dos lobos, mientras que no lejos de ahí un niño cabalga un delfín. Así, el Dios aparece como amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje).

La Diosa es la Madre Universal. Ella es la fuente de la fertilidad, de la sabiduría infinita y del amor. En la Wicca es representada en tres aspectos diferentes: la Doncella, la Madre y la Anciana, simbolizando las tres fases de la luna: creciente, llena y nueva (menguante). Ella es al mismo tiempo el campo virgen, el campo con cosechas y el campo adormecido, cubierto por el hielo de la Tierra.
Ella da la luz a la abundancia. Sin embargo, como es ella misma la que lo da, también tiene derecho a quitársela. Esto no es del todo malo, pues el ser humano, al morir, descansará en sus brazos, o sea, volverá a la Madre.
Ya que la Diosa es la Naturaleza, es al mismo tiempo la Tempestad y la Calma, el tornado y la lluvia fresca de primavera, la cuna y el túmulo.
Pero pese a que ella posee las dos naturalezas, la Wicca la reverencia como aquella que dona fertilidad, amor y abundancia. Y por supuesto que conocemos su lado oscuro también.
La vemos manifestada en la Luna, en el silencio de un bosque, en cada ola del mar y en cada césped verde de la primavera.
Muchos son los símbolos usados en la Wicca para representarla y honrarla: el caldero, flores de cinco pétalos, el espejo, collares, conchas del mar, perlas, agua, artículos de plata etc. Como ella domina la Tierra y la Luna, los animales bajo su protección son muchos: conejo, oso, búho, gato, perro, murciélago, vaca, delfín, león, caballo, escorpión, araña, abeja, etc. Todos son sagrados para la Diosa.



FACETAS DE LA DIOSA

La Diosa, a la vez que representa el carácter femenino de la creación, también representa los estados de la vida como la Triple Diosa. Esta se compone de La Doncella, La Madre y La Anciana. Cada una de ellas representa un carácter de la vida humana, como también estas son representadas con los estados de la luna. Esta imagen que se reverencia en Wicca está basada en las imágenes más antiguas de la Diosa.

Cultura Celta, los Druidas 1/3


Cultura Celta, los Druidas 2/3



Cultura Celta, los Druidas 3/3

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