VIAJE ASTRAL

PELIGROS:

Realmente, en el astral ningún peligro debería asustarnos, puesto que no pueden dañarnos físicamente.
El miedo más común es el de salir y luego no poder volver. Pues bien, esto es IMPOSIBLE que suceda, ya que nuestra alma se mantiene unida al cuerpo mediante el Cordón de Plata.
Es cierto que hay veces, que cuando alguien quiere volver a su cuerpo porque se ha encontrado con un ser malvado, no puede, ya que la angustia y la ansiedad que tienen se lo impide. Tanto para salir como para entrar, es necesario mantenerse tranquilo y relajado, no dejar que ningún sentimiento se apodere de nosotros.
Si alguien está en el astral y quiere volver a su cuerpo, lo único que tiene que hacer es desear volver, y volverá en el acto. Pero si alguien no sabe hacer eso, que no se preocupe, puesto que el alma puede estar fuera hasta un límite de tiempo, así que, tanto si quiere como si no, tendrá que volver.
Los riesgos que suele sufrir la gente suelen ser naturales, es decir, provenientes de nosotros mismo. Cuando una persona va a desdoblarse o cuando vuelve a entrar en su cuerpo, le puede suceder esto: vértigo, náuseas, taquicardia (aumento de las pulsaciones), depresión y ansiedad. Estos son los síntomas más comunes. Pero se pueden superar con la práctica y una buena relajación.
Los riesgos sobrenaturales serían: los seres astrales malvados (se reconocen con mucha facilidad por su aspecto desagradable y la energía de maldad que emanan), larvas, sombras, seres míticos o elementales. Estos seres pueden dañar o asustar al “yo astral”, reduciendo su energía.



GUÍAS:

Los guías son seres cuyo objetivo es proteger y guiar a sus protegidos, es decir, a las personas que realizan los viajes astrales.
Suelen llevar una túnica con capucha blanca, pero muchas veces, no dejan ver su rostro. Los guías tienen la misma sexualidad que la persona a la que protegen.
Estos seres ayudarán aconsejando o diciéndoles a las personas lo que tienen que hacer. A veces también otorgan conocimientos a sus protegidos. Hay personas que guardan en secreto lo que sus guías le han dicho, puesto que piensan que cada persona debe adquirir el conocimiento por su cuenta.
Mucha gente “sueña” que alguien le hablaba y le decía cosas. En muchos casos, ese “alguien” es su guía.